Aquellos discos de vinilo, regalaban a mis oídos ese ruido a escarcha
que en los sesenta él escuchaba y oculta en su mirada,
se han quedado grabadas las ganas de no dejar la música por nada.
Vinilos. Melocos.
Hace tiempo que quiero escribir así, de estos post personales en los que os hablo de lo que me gusta, en los que dejo de lado la moda y me centro en lo que verdaderamente me importa. No es que la moda no, todo lo contrario, pero tiene un lugar totalmente diferente en mi lista de prioridades. Esa lista que podríamos dividir en dos partes, las cosas sin las que podríamos seguir viviendo y las cosas que no, los imprescindibles. Confieso que podría vivir sin moda, que me dicen que tengo que pasar el resto de mi vida en pijama o poniéndome lo mismo todos los días (bien lavado, por supuesto), lo aceptaría pero hay cosas sin las que no podría vivir, hablo de mis pasiones.
Tengo la suerte de que en mi vida estén presentes cada día, juntas forman mi combinación perfecta y sin ellas no podría vivir. La música y la fotografía, la fotografía y la música. El orden de factores no altera el producto pero en mi caso sí, podría dividir mi amor al 50% para que no hubiese celos ni peleas pero no, aunque adoro la fotografía, la balanza se inclina hacia la música llevándose el total protagonismo. Bueno, comienzo contando que nunca es tarde para nada. De pequeña quería ser médico, no sé porqué ni tenía que ver con nada de lo que me gustaba ni hacía. Era una niña que se pasaba las horas libres peinando muñecas y coloreando aunque también no me perdía una clase de ballet, ni de teatro, ni un ensayo del coro. Después cambié al bando de la informática estudiando varias ramas y diseño gráfico. Todo lo que he comenzado, siempre lo he terminado, me gustase más o menos pero nunca he dejado nada a medias. Descubrí que quería ser fotógrafa con 23 años y he tenido todo el tiempo del mundo de formarme y aprender para hoy en día considerarla no solo una de mis pasiones sino mi profesión. Ahora, 5 años después no presumo pero siento orgullo de lo que he conseguido. En ocasiones mis fotos han dado la vuelta al mundo, han formado parte de proyectos, he podido fotografiar a personas incluso a las que admiro y lo más importante, algunas de esas fotografías están dentro de un libro. Es indescriptible la sensación que produce pasear por una librería y verlo en un estante, ver como alguien lo ojea en sus manos o como esperan a pagarlo para llevárselo a casa. Creo que ha sido una de las mejores e importantes experiencias de mi vida. Ahora todo el mundo hace fotos, es como una fiebre. Mucha gente piensa en el mal efecto que todo esto tiene aunque yo pienso que al fin y al cabo son una especie de recuerdos congelados, es una bonita forma de crear nuestro propio álbum de momentos que poder recordar cuando nuestra memoria comience a tambalearse. Haz fotos, a ti, a tu familia, a tu perro, a tus amigos, a tus gatos, a tu ciudad... En las fotos como en la vida, solo te arrepentirás de las que no has hecho.
Y la música ¿qué?. Dime tú que persona podría vivir sin música, me gustaría conocerla y descuadrar sus esquemas hasta ponerla de mi lado.
No sé si en otra vida fui griega pero cuando aún ni se me entendía, me flipaba Nana Mouskouri. Mis padres dicen que no dejaba de pedirla y que me encantaba escuchar sus canciones. Mi primera cinta de cassette fue un regalo de mi abuela, no fue otra que el primer lanzamiento de BackStreet Boys y aún la conservo, más de 20 años después me siguen gustando. Viví mi primer concierto con 8 años, recuerdo que mi madre me llevó a Barcelona al tour Vivir de Enrique Iglesias. Me gustaba tanto, de aquella la mayor parte de sus canciones hablaban de historias de amor cosa que seguro ni entendía. Recuerdo cada momento del concierto, como lo disfruté y lo grande que me quedaba la camiseta con su cara que me regaló mi tía. Por primera vez fui feliz viendo a alguien cantar, aún más que escuchando sus cintas en mi casa y desde entonces, no sabría contar cuantos han sido los conciertos a los que he ido ni cuantos kilómetros he recorrido por disfrutar de la música en directo, en estado puro. Nací en los 80's y viví muy a tope los 90's, hay gente que se avergüenza de sus gustos musicales de aquella época pero ¿por qué renegar de algo que ha formado parte de tú vida?. Yo también fui fan de los BackStreet Boys y detractora de sus contrarios 'N Sync, amaba a las Spice Girls y fui Emma en la función de teatro de mi colegio, adoraba a Britney Spears y me aprendía todas sus coreografías... No reniego de ninguno de mis gustos, cuando algo me gusta, me gusta de verdad sin importarme lo que los demás puedan pensar. Sobra decir que muchos años después, aún sigo escuchando sus canciones. Una vez escuché que las canciones son como las personas: su melodía es el exterior, la primera impresión y atracción que tienes por alguien mientras que la letra es el interior, su historia, lo que verdaderamente te enamora.
Por eso me gusta todo lo que tenga una buena letra, bueno, todo menos el reggaeton. Adoro el rock, soy una rockerilla de la vida. Amo sentir las canciones mías, algunas creo que son mis propias historias contadas con la voz de otra persona. Aunque puedo presumir de haber visto a la mayor parte de mis ídolos en directo, confieso que me hubiese gustado nacer en otra época, poder vivir toda la locura de The Beatles, Queen, Rolling Stones... Y como no, mi adorado Elvis Presley. Como buena amante de la música, tengo una colección incontable de discos, cassettes, cintas de vídeo y vinilos, siempre me han gustado. No podría elegir el disco de mi vida, ni el concierto que más disfruté, tampoco la canción que más me gusta en el mundo, es como preguntarle a un niño si quiere más a papá que a mamá. He recorrido España entera, he tenido veranos en los que he visto más de 20 conciertos, días sin dormir de ciudad en ciudad, me he ido a Londres, a Portugal... He esperado colas interminables, he aguantado en primera fila, he cantado cada canción y hasta he llorado, sí, porque la música es emoción. Mucha gente crítica el fanatismo en la música, todos esos puntos de los que acabo de hablaros pero ¿acaso no existe el fanatismo en otras situaciones?. Yo no critico a quien se va a Alemania a ver una final de Champions, no lo critico porque también me gusta y aunque no me gustase, lo respetaría porque siento que es lo mismo, admirar y disfrutar de verdad con algo.
Quizás podéis pensar que yo le he dado mucho a la música, que le doy todo pero ella me ha dado tanto. Me ha dado amigos, compañeros, me ha dado alegrías aunque también tristezas, trabajo e incluso me ha dado amor. Más allá de Brunette Ambition, tengo un trabajo que me encanta. Uno de ellos desde hace tres años, como editora y fotógrafa musical que me permite poder disfrutar de mis dos pasiones juntas. Es increíble la cantidad de experiencias buenas que me ha dado, he podido entrevistar a tanta gente con talento, disfrutar de sus directos y en ocasiones, encontrarme con grandes personas que también puedo llamar amigos.
Por eso ambas no solo son importantes sino que son parte de mi.
Busca tu pasión, recorre el mundo hasta dar con ella, lucha por tus sueños sin rendirte, contra quien sea si te llevan la contraria y cuando logres encontrar todo, disfrútalo, vívelo y exprímelo al máximo. Habrás encontrado un motivo para hacer que tu vida sea aún más feliz.
Con amor,
P.